[Reflexiones] Reportero, un trabajo en extinción

Reportero en extinción


Oye, que dicen desde JobAndTalent España que el "reportero de periódicos" es una profesión en peligro de extinción, que no es algo que no supiéramos ya, por cierto:

Reportero de periódicos. Como siempre, el periodismo se convierte en una de las profesiones más azotadas por el mercado de empleo. Los blogs y el gratuito acceso a la información obligan a los medios a prescindir de profesionales que cobran por generar una información que los blogs generan gratuitamente. La información está devaluando su valor en el mercado. Las editoriales cada vez despiden a más periodistas y se prevé que la creación de empleo para 2022 en periódicos sea del -13%.


Y yo que creía que llevábamos en extinción desde la aparición de internet y la posterior llegada del llamado "periodismo ciudadano". Lo que pasa es que, como siempre, nos reinventamos tarde cuando se supone que una profesión como la nuestra debería estar a la cabeza en innovación. Alternativas sostenibles existen y si no que se lo digan a Ignacio Escolar y ElDiario.es, que han encontrado un público dispuesto a pagar por información.

¿Los blogs harán desaparecer a los medios tradicionales porque ellos ofrecen información gratuitamente y los diarios no? Aquí entramos en el debate blogueros vs periodistas. En común tienen que ambos son gestores de información. También es verdad que hay blogueros que podrían competir en calidad con los periodistas y grandes periodistas que se convierten en grandes blogueros con la libertad de no estar atado a la linea editorial de un medio.

Precisamente ahí creo yo que está la diferencia: en la formación. Un bloguero suele escribir por hobby, sólo de los temas que le interesan y con toda la subjetividad del mundo. El periodista tira de su ética periodística para profundizar en temas de interés público, cuidando mucho sus opiniones, a no ser que se trate de una crónica. En última instancia, será el lector el que determine si prefiere informarse a través de uno o de otro.

Personalmente, valoraría al periodista: tiene ética profesional, criterio sobre lo noticiable y lo que no, sabe de dónde obtener información fiable y cómo gestionar sus fuentes y, en base a su carrera profesional y a la calidad de dichas fuentes, puede tener mayor credibilidad. Un bloguero no tiene estas obligaciones, esta "responsabilidad social", por decirlo de alguna manera.

¿Es intrusismo profesional? ¿Podemos convivir ambos? Sirva de ilustrativo ejemplo lo siguiente:
En California se dio el caso de tres blogueros que en un juicio quisieron acogerse a la protección que otorgaba el Estado a los periodistas para no revelar sus fuentes, pero el juez se negó. ¿Por qué? Porque no cumplían los siguientes requisitos:

  • Educación en Periodismo
  • Credenciales o pruebas de estar afiliado con una reconocida entidad.
  • Prueba de la adherencia a los estándares periodísticos tales como la edición, comprobación de los hechos, o la revelación de conflictos de intereses
  • Guardar notas de conversaciones y entrevistas que se realicen.
  • Entendimiento o acuerdo de confidencialidad entre el acusado y sus fuentes.
  • Creación de un producto independiente en lugar de montar los escritos y publicaciones de otras personas.
  • Ponerse en contacto con "el otro lado" para contar ambos lados de una historia.


¿Podríamos hacer lo mismo en España? Estoy de acuerdo con quien dice que el conflicto blogger/periodista responde a una cuestión de falta de legislación:

La profesión periodística carece de un órgano institucional que la regularice y le proporcione una cobertura jurídica en los casos en los que sea necesario. Al igual que sucede con otras profesiones como la abogacía o la medicina, que necesitan estar colegiados para poder ejercer su profesión. Esto solucionaría gran parte de los problemas a los que diariamente se enfrentan los periodistas como por ejemplo, para evitar el intrusismo tan acelerado que vive la profesión en los tiempos contemporáneos. Bloggers, colaboradores en tertulias de televisión, o profesionales que a menudo poseen conocimientos pero no el título necesario para poder ejercer como profesional del periodismo.

Es verdad que se puede ser un buen periodista sin necesidad de un título porque hablamos más de un oficio que de una profesión. También podría valorarse la trayectoria y experiencia en este caso para que una persona sin título pueda ejercer como cualquier otro periodista si, como dice el tercer punto de los requisitos anteriores, esta persona demuestra practicar el Periodismo según sus estándares. La clave es la regularización.

Recuerdo que cuando me licencié mi abuelo me preguntó "¿Y no te han dado un carné de periodista? ¿Entonces cómo te diferencias de los demás?". Y tiene razón. Aquí estoy yo con mi título y en la tele están los de Gran Hermano llenándose los bolsillos como "tertulianos". Y es que no sólo es una cuestión legal –que ayudaría mucho–, es que no valoramos el trabajo de gente que está bien formada porque son más baratos los que no lo están. ¿Cuántas veces hemos oído "No necesito un fotógrafo, eso me lo hace mi primo que tiene una cámara"?

Falla la ley y, lo más importante, falla el respeto. Y será por eso por lo que el reportero desaparezca, no por otra cosa, porque capacidad para reinventarnos tenemos de sobra.



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