Hot Coffee es el nombre del documental que vi anoche y que quizás tiene poco que ver con el periodismo, pero me parece un buen ejemplo del papel que juegan los medios en la sociedad actual, cargada de intereses.

Hot Coffee nos muestra la presión que ejercen las empresas en los juzgados cuando son demandadas por un particular y cómo repercute todo esto en casos realmente graves. Su punto de partida es el caso de Stella Liebeck. Esta señora saltó a los titulares de todos los medios en 1992 porque se quemó las piernas con un café de McDonalds y demandó a la famosa franquicia con la única intención de que fuera ésta quien se hiciera cargo de los gastos médicos: Liebeck sufrió quemaduras de tercer grado y nunca llegó a recuperarse del todo. Eso es lo que nunca llegó a saber el gran público. Un jurado consideró que el 20 por ciento de la culpa la tenía ella por haberse derramado el café y el 80 por ciento era de McDonalds por su larga lista de denuncias del mismo tipo. La indemnización que recibió hizo saltar la alarma de las grandes empresas, que invirtieron millones de dólares en distorsionar el caso Liebeck para impulsar la Ley de Agravios. 

Según estas grandes empresas, personalizadas en la Cámara de Comercio de Estados Unidos, no se podían permitir lo que llamaron las "demandas frívolas", no se podía permitir que cualquier persona demandase a una gran empresa y volviese a su casa con un par de millones bajo el brazo como si se tratara de la gallina de los huevos de oro. Esto impulsó la Ley de Agravios, que ponía un tope de 250.00 dólares en la indemnización que un individuo podía recibir de una corporación, sin importar lo que un juzgado determinase. Hot Coffee nos muestra los casos de tres personas más que sufrieron lo que se llaman daños no económicos y que, si bien son difíciles de cuantificar, 250.000 dólares no son suficientes para subsanar lo ocurrido: un hijo con parálisis cerebral que necesitará atención durante toda su vida por la mala praxis de una doctora o la violación de una chica por parte de "sus compañeros" de trabajo.

¿Qué hicieron los medios de comunicación? Entraron en el juego de las grandes empresas y contribuyeron a ridiculizar el caso Liebeck. Y el público conocía el caso por lo que contaban los medios, es decir, muchos salieron a la calle a manifestarse pidiendo la puesta en marcha de esta Ley de Agravios que lo que hace es limitar su derecho a demandar a una gran empresa cuando ésta le ha causado un daño. Por eso me quedo con la reflexión final: acudir a un juzgado a demandar a alguien, gran empresa o no, es un acto heroico porque es un proceso lento, largo y nada sencillo, pero es un derecho.