Diez años después del 11 de septiembre, hoy la noticia del día es la muerte de Osama Bin Laden de un tiro en la cabeza. Un gran triunfo para Obama del que no hay ni una fotografía, viviendo la era de la imagen en la que vivimos. Igualmente Estados Unidos se ha convertido en una fiesta.

¿En serio? Soy una escéptica, qué quieren que les diga. No puedo evitar pensar en uno de los últimos libros que he leído: El malentendido. Cómo nos educan los medios de comunicación. ¿Creemos lo que queremos creer o lo que los medios quieren que creamos? Es cierto que las redes sociales están cambiando la forma de hacer periodismo. En ellas nos encontramos con información de primera mano, testimonios, etc., y esto supone un rayo de luz en la monopolizada oscuridad de los medios. Pero también juega en contra de éstos: todos los medios quieren ser los primeros en contar lo que se dice en Twitter o Facebook, quieren ser quienes den la noticia –sobre todo si es una noticia de semejante calibre– y es entonces cuando se nos olvida investigar, contrastar, analizar y, sobre todo, orientar al público. En este punto recomiendo las interesantes reflexiones que hace Juan Varela en Periodistas 21.

Y en esta carrera por ser los primeros en dar la gran exclusiva nos encontramos con que pueden ocurrir cosas como las que reseña mi tocaya, Silvia Cobo en su blog: "ObaMa Bin Laden ha muerto", un titular... ¿irónico? Aunque ha habido quien, a falta de imágenes, ha recurrido a un montaje de 2009 y ha intentado hacerlo pasar por el cadáver de Bin Laden. Vuelvo al "¿creemos lo que queremos creer, lo que vemos, o lo que los medios quieren que creamos?". Ahora resulta que en esta aldea global estamos más conectados que nunca, sí, pero también más desinformados –o sobreinformados– que nunca.