Hoy en día todo el mundo ha oído hablar alguna vez de las famosas fuentes esas que usan los periodistas y de las que tanto hablan en televisión los programas del corazón (que tanto carecen de ellas, dicho sea de paso). La gran pregunta es si realmente sabemos lo que son y cómo se trabaja con ellas. Así que vamos a aclarar algunas cosas sobre las fuentes siempre hablando desde la teoría. En la práctica sabemos que todo en este oficio cambia muy rápido y nosotros no podemos dejar de aprender.

Una fuente es una persona o grupo de personas que conocen los hechos de los que va a hablar el periodista o han sido testigo de ellos de manera directa o mediante documentos. Y aquí tenemos la primera gran clasificación: las fuentes pueden ser personales o documentales y también complementarse entre sí. Las fuentes fiables y de calidad son las que le dan prestigio al periodista y al medio para el que trabaja.

¿Cómo verificamos la validez de una fuente?

-Por la fiabilidad de que nos de, que suele ser mayor si la fuente es especializada.
-Por la imagen que suscita.
-Por el prestigio social que tiene. A mayor posición, mayor es también la validez.
-Por la relación que mantenemos y nuestras experiencias anteriores con ella.

¿Cómo debe ser nuestra relación con la fuente?El periodista debe buscar siempre el contacto directo con la fuente, nada de intermediarios, y mantener una relación cordial, sin llegar a la familiaridad excesiva. Si acabamos siendo amigos íntimos de una fuente perdemos la perspectiva y dejamos de cuestionarnos la información que nos da. El periodista debe conservar su independencia. La relación periodista-fuente debe basarse en criterios profesionales y no hay que recurrir nunca al engaño para conseguir una información.

¿Cómo las citamos después?En este caso hay una clasificación que nos puede ayudar:
1. Regla de registro. Cuando citamos la fuente con nombre, apellido y cargo.
2. Regla de reserva. Aquí tenemos el famoso "fuentes cercanas", "fuentes policiales", etc., Éste caso se da cuando la fuente no quiere que se cite su nombre por razones de vulnerabilidad personal, así que el periodista debe recurrir al entorno más próximo.
3. Regla de plagio. Muy común en la blogosfera: aquí el periodista no cita la fuente y ni siquiera recurre a su entorno más próximo, sino que es él mismo el que asume el papel de fuente, algo que nunca debe hacerse.
4. Regla de silencio. Otro término famoso: el off the record. Se trata de un compromiso entre el periodista y la fuente. En este caso el periodista no puede revelar nada de lo que la fuente le cuente, pero esa información le puede servir para contextualizar o para situarse sobre la pista de algún tema.
4b. Subregla de embargo. Aquí la regla de silencio tiene un plazo y, cuando termina, podemos hacer pública la información.

Las fuentes son la materia prima del periodista a la hora de trabajar, no podemos prescindir de ellas si queremos ofrecer una información completa y de calidad. Es algo de lo que nos olvidamos fácilmente y salta a la vista por el manejo deficiente que se hace de las fuentes hoy en día. Es cierto que se trabaja con unos tiempos muy justos, pero parece que eso de consultar a varias fuentes para corroborar una información es sólo cosa de las películas...