Hace algunas semanas me preguntaban a través de formspring: ¿Qué piensas de la gente que trabaja en la tele que se considera periodista y no lo es? Lo primero es que hay periodistas y periodistas. Y lo segundo, la televisión hoy en día es un mundo aparte. 

Es cierto que hay muchos periodistas que trabajan como tal y no tienen título. Véase María Teresa Campos (Filosofía), Carlos Herrera (Medicina), Julia Otero (Hispánicas) o Jorge Javier Vázquez (Hispánicas). Sin embargo, eso no les ha impedido desempeñar el periodismo de forma más o menos profesional según el caso y obtener además cierto reconocimiento. El periodismo es un oficio que aprendes a base de trabajar en él porque cada medio al que vayas tendrá su forma de hacer las cosas. También es verdad que cuando todos ellos empezaron en esto, la situación del periodismo era diferente a la que vivimos actualmente, todo hay que decirlo. Ahora necesitas más un título y además tienes que demostrar que sabes usarlo.

El caso de "la gente que trabaja en la tele", ya digo que la televisión hoy en día es un mundo que está prácticamente fuera de lo que es el periodismo. Podríamos salvar los informativos pero, para el resto de programas no necesitas ser periodista porque ya no interesa la información, sino el espectáculo. Aún así, ahí tenemos a periodistas "de título" que hacen su trabajo en la pequeña pantalla, como Susanna Griso, Marta Fernández o la mismísima Ana Rosa Quintana (sí, es licenciada en Periodismo).

Diferente es el caso de muchos de los "periodistas del corazón" y creo que aquí está el quid de la pregunta. Pueden ser periodistas "de título" o no tenerlo, pero no tengo yo muy claro que lo que hacen se considere periodismo. ¿Sálvame es periodismo? ¿La Noria es periodismo? Por mucho que a ellos se les llene la boca diciendo "Yo soy periodista y tengo mis fuentes", el paseo del perro de la Duquesa de Alba o la vida privada de la novia del primo del amigo del hijo de la Pantoja no es periodismo. Es espectáculo, telebasura o neorrealismo televisivo, como quieras llamarlo, y para eso, repito, no hace falta ser periodista.

¿Qué es lo que ocurre? Pues que, como diría Rodolfo Serrano en un libro que recomiendo muchísimo como es "Un oficio de fracasados", "a nadie se le ocurriría corregir a un ingeniero o a un médico, pero todo el mundo sabe cómo hay que hacer una información, cómo hay que titular una noticia o cómo establecer una estrategia informativa determinada". Así es el periodismo. Después, queda en manos de cada uno separar el trigo de la paja, saber con quién o a través de qué medios informarse, seleccionar con criterio. Y no es nada fácil en una sociedad sobreinformada como la nuestra y donde parte de la población no tiene las herramientas necesarias para hacer esta selección.